4 consejos para abuelos: cómo construir relaciones de confianza con hijos y nietos
Convertirse en abuelos nos promete muchas alegrías: la adoración de los nietos, el respeto de los hijos, el sincero deseo de venir a nosotros por consejos y otros momentos agradables. En realidad, la situación no siempre es tan idílica, y contrariamente a las expectativas, en el proceso nos encontramos con más resistencia y estrés que con comprensión y placer.
¿Cómo aprender a mantener relaciones armoniosas con los nietos e hijos, fortalecerlas y encontrar aún más puntos de conexión? La respuesta a estas y otras preguntas la encontrarás en los siguientes consejos para aquellos que se están preparando o que ya han asumido el papel de abuelos más de una vez.

No juzgues los métodos de crianza que utilizan tus hijos. Incluso si no apruebas ciertas acciones y decisiones de tus descendientes, no te involucres en el proceso hasta que te pidan ayuda. Recuerda que ahora ellos son los padres y tú, como abuelo o abuela, tienes un papel completamente diferente en este momento.
Nada motiva tanto y hace esforzarse por ser mejor como una palabra amable a tiempo y una justa valoración de los esfuerzos realizados. La crianza es un proceso complejo en el que todos los participantes necesitan apoyo, no lecciones de moralidad. Cada generación tiene sus propios métodos de crianza que responden a las exigencias del tiempo, por lo que en ciertas situaciones tus hijos actuarán de manera diferente a la tuya, y eso no es algo censurable.
Cada padre teme cometer errores —independientemente de si lo muestra abiertamente o no—, así que no añadas inseguridad a tus hijos con críticas y desaprobación. Cuanto más severamente los juzgues, menos se abrirán contigo, pasando de una defensa activa al ataque.

Aprende a decir «no» en situaciones en las que no quieres o no estás preparado para cuidar de los nietos. Actuar en contra de tu voluntad solo te hará daño. No olvides que tienes el derecho a tu propia vida. No corras tras cada oportunidad de mostrarte como un buen abuelo o abuela, sacrificando tu tiempo y energía personales. Saber distribuir correctamente tu energía y mantener un equilibrio exitoso entre el tiempo dedicado a ti mismo y a otros te convertirá en un excelente modelo a seguir.
Lo mismo se aplica a los regalos: no gastes en ellos más de lo que te puedes permitir. Recuerda que el regalo principal siempre será la atención y el amor, los cuales solo puede compartir abundantemente alguien que está en armonía consigo mismo. Todo lo que los padres hacen por sus hijos es parte de sus obligaciones; en cambio, lo que los abuelos hacen por sus nietos siempre es una cuestión de elección. Por lo tanto, haz la elección correcta con respecto a tu tiempo y finanzas.

Muchos abuelos quieren ser los mejores para sus nietos: amables, generosos y comprensivos. A menudo, todo esto se convierte en una competencia. Al intentar ganarse el amor y la autoridad de los nietos, a veces entramos en competencia con nuestros propios hijos. En tal caso, todos salen perjudicados: no te conviertes en el mejor modelo a seguir, los hijos sienten distanciamiento y los nietos, una presión excesiva.
Además, puede surgir un elemento de competencia en las relaciones con los abuelos del otro padre de tus nietos. Recuerda que todos tienen diferentes temperamentos y estilos de vida. Y si la otra abuela es una entusiasta eterna y el abuelo es un activista conocido, no estás obligado a imitarlos. La competencia por la atención solo perjudicará al niño. Es mejor rodear a los niños de un amor duplicado.

Todo lo relacionado con la disciplina en general, así como con la comida rápida, el tiempo en pantalla y otros momentos importantes de la crianza, debe discutirse. Para no ir en contra de las reglas establecidas en la casa de tus hijos, habla de todo de antemano. Así, al encontrarte con los nietos, siempre sabrás cuáles son las reglas fundamentales que deben respetarse siempre y cuáles, las menos importantes, pueden dejarse de lado en tu casa.
Es importante que los nietos entiendan que no solo respetas las reglas que sus padres establecen, sino que además los apoyas completamente en esto. Tus hijos deben saber qué están haciendo sus pequeños cuando se quedan con los abuelos. Recuerda que malcriar a los nietos no solo significa permitirles todo o darles libertad sin límites.