Estilo de vida

Por qué vivir solo para los hijos es peligroso…

No hace mucho tiempo, escuché una frase de una persona cercana: «He vivido toda mi vida por mis hijos, ¿cómo no hacerlo? ¿Para quién más vivir? ¡Los hijos son el sentido de mi existencia!»

¡La vida de mis hijos!

Vivir por los hijos, en primer lugar, es ubicarlos en una posición de «tienes que» en el futuro. Pues claro, «he dedicado toda mi vida a ti, y tú…», «Te he dado todo, y ni siquiera dices gracias». Algunos responderán con tales afirmaciones, mientras que otros albergarán resentimiento y culparán a sus hijos por no haber tenido una vida propia satisfactoria. Ambos son escenarios destructivos en las relaciones, que pueden llevar a tristes consecuencias para ambas partes.

¿Por qué es peligroso este escenario para un hijo adulto?

Estos padres atan a sus hijos adultos con una correa corta. Y siendo ya adultos, estas personas quedan en deuda impagable con su madre (generalmente son las madres quienes manifiestan un amor sacrificado hacia sus hijos). Estoconlleva una responsabilidad abrumadora: ser el mejor, ser perfecto, siempre justificar las expectativas, de lo contrario, sufrir el desencanto de los padres…

Este escenario impide una separación normal (tanto psicológica como, a veces, física), lo que conduce a la reproducción inconsciente del guion de deberes parentales en la vida adulta (ayuda financiera a los padres, incluso si no la piden, pero la aceptan como algo natural, la «imposibilidad» de mudarse a otra ciudad, ya que se necesita aquí a la madre. Y si esto sucede,surge un sentimiento de culpa y vergüenza (pues mamá sufrirá, se sentirá mal, yo soy todo lo que ella tiene), con los que es muy difícil vivir una vida feliz).

Aparte de todo eso, el niñoforma un modelo de familia donde disolverse en otra persona es normal, y amor = sacrificio. Y este «modelo» se lo pasará a sus hijos.

¿Por qué es peligroso este escenario para el propio padre?

En primer lugar, esla pérdida de identidad como persona. Viviendo para el hijo, el padre se olvida de sí mismo, de sus intereses, de su vida. Porque, cuando el niño «salga del nido» y empiece a vivir su propia vida, ¿con quién quedará el padre? ¡Sobre todo consigo mismo! Es bueno si las relaciones dentro de la pareja se mantienen buenas y cercanas, pero muy a menudo las relaciones se pierden, ya que se disuelven en la vida del hijo… Y ¿quién será esa persona: llena o vacía? Esa es la cuestión…

Además, el amor sacrificado hacia el hijoconduce al agotamiento, porque no queda tiempo para uno mismo, los recursos se gastan, no hay energía. Y un padre así, a priori, no puede ofrecer relaciones de calidad ni en pareja ni al niño.

El resentimiento y el desengañosigue a la imposibilidad del hijo de ser perfecto (los hijos no siempre pueden ser los mejores, los fracasos y errores son parte de la vida de cualquier persona). Y es muy difícil vivir con eso.

Vivir por los hijos es peligroso. Vivir con los hijos, por uno mismo y su familia, ¡es maravilloso!

Recuerda,

tú eres un modelo a seguir. Y cómo serás, depende de si primero serás atento contigo mismo o no. Depende de si te valoras, te amas, te respetas y pones tus necesidades en primer lugar. Recuerda el principio de la máscara de oxígeno«Primero ponte la máscara a ti mismo, luego al niño.»

El amor y el cuidado no son lo mismo que el sacrificio! Es posible amar a tus hijos y ser un buen padre, sin olvidar que TE tienes a TI. Y eres la persona más importante en tu vida, porque estás contigo mismo desde el nacimiento)).

 

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