¿Los hábitos dictan lo que comes?
Gran parte de nuestra vida diaria es el resultado de hábitos, y ni siquiera nos damos cuenta de ello hasta que nos apartamos y observamos nuestras acciones. Comer también se vuelve habitual. Solo tómate un momento y piensa en cómo, cuándo, qué y dónde comiste la semana pasada. Luego, sigue leyendo.
Pensándolo Dos Veces
Las experiencias pasadas informan nuestra relación con la comida, lo que permite que muchas de nuestras elecciones alimenticias se conviertan en hábitos automáticos, y con razón, liberando nuestras mentes para otras cosas. Sin embargo, no todos los hábitos son buenos.
La mayoría de las personas rara vez reflexionan dos veces sobre su alimentación hasta que un diagnóstico médico les hace darse cuenta de que hay una necesidad de sacudir algo que nunca realmente recibió mucha atención. Solo entonces se hace evidente que la comida es nuestra medicina, pero también puede ser nuestro veneno.
Somos una sociedad plagada de obesidad, diabetes y otras enfermedades crónicas que se han vuelto dolorosamente comunes durante los últimos 40 años. Sin embargo, con toda esta enfermedad, la mayoría de las personas simplemente no tienen tiempo para centrarse en lo que realmente están comiendo y a menudo no entienden la verdadera necesidad de hacerlo.
Vivir con Incomodidad
Me reúno con personas que sufren diariamente con síntomas de inflamación y malestar digestivo. Saben que necesitan hacer algunos cambios en su dieta, pero el compromiso es difícil y romper hábitos aún más.
Desafortunadamente, vivir con incomodidad es la norma y no se comprende bien que nuestros cuerpos están diseñados para funcionar sin molestias diarias. Los síntomas son señales, por muy leves que sean, de que se necesita un cambio. Son como símbolos de mantenimiento iluminándose en el tablero de tu coche para decirte que algo necesita ser revisado y arreglado. Tristemente, a veces cuidamos mejor de nuestros coches que de nosotros mismos.
Hora de Cambiar
A medida que envejeces, necesitas comenzar a integrar pequeños cambios para romper hábitos prolongados antes de que te veas obligado a hacerlo. Esto es especialmente importante si te sientes débil y fatigado, sufres de inflamación o dolor crónico o tienes dificultades con la digestión.
Quizás estás luchando por perder esos kilos de más y las dietas no están funcionando. Tal vez estás comiendo cuando ni siquiera tienes hambre o comiendo más de lo que realmente necesitas y luego sintiéndote fatal después. Y, seguramente, si tu alimentación diaria consiste principalmente en «productos» alimenticios, es decir, alimentos altamente procesados y envasados, ahora es el momento perfecto para comenzar nuevos hábitos con alimentos integrales.
Cambiando Hábitos
El CDC de EE. UU. (Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades) ideó un enfoque de tres ‘R’ para mejorar los hábitos alimenticios deficientes recomendando reflexionar, reemplazar y reforzar.
Reflexionar para reconocer los hábitos alimenticios que tienes. Reemplazar para deshacerte de tus hábitos poco saludables con otros nuevos más saludables, y reforzar para asegurar que los nuevos hábitos perduren. Es un marco útil que expone un plan realista para el éxito. Solo necesita implementación.
Puedes comenzar volviendo a cómo, cuándo, qué y dónde comiste. ¿Qué descubriste? Cuando respondas a estas preguntas y luego contemples por qué comiste de esa manera, puedes comenzar a idear formas de cambiar algunos hábitos relacionados con la comida. A menudo solo necesitamos tomarnos el tiempo para notar.
A veces la facilidad, el costo y el tiempo son factores que influyen en nuestros hábitos, y todos estos son motivos muy válidos, pero a menudo hay opciones alternativas que son igualmente fáciles, rentables y ahorran tiempo. A veces solo necesitamos dar a nuestro yo creativo el tiempo para encontrarlas.
Un Pequeño Cambio es un Cambio Duradero
Organízate
Planea con anticipación. La planificación de comidas semanales y las compras a veces pueden eliminar la necesidad de recurrir a ese rápido «para llevar» cuando el tiempo es corto.
Cambia los Bocadillos
Mantén algunos vegetales y frutas limpias y cortadas, huevos duros, semillas de calabaza o girasol en tu mostrador o en tu refrigerador, esto hace que las mejores alternativas sean más accesibles.
No Complicar las Cosas
Puedes hacer grandes comidas con unos pocos ingredientes simples y hierbas (ricas en sabor y nutrientes) y obtener resultados deliciosos sin horas complicadas de cocina. Mantente dentro del presupuesto sin necesidad de comidas envasadas o comida rápida para llevar. Lo simple puede ser delicioso.
No importa cómo elijas cambiar tu perspectiva sobre la comida, date un respiro. Cambiar hábitos es difícil y necesitas ser paciente contigo mismo. Los pasos pequeños son siempre mejores que los grandes, y tienden a durar, lo que hace toda la diferencia.
Tengamos una Conversación:
¿Tus hábitos alimenticios están conduciendo a resultados de envejecimiento saludables, o te llevan a inflamación crónica? ¿Has intentado cambiar tus hábitos? ¿Qué estrategia has utilizado y funcionó?