Una historia conmovedora: cómo un perro perdido fue encontrado después de 9 años.
Perder a tu mascota querida es una verdadera tragedia para los dueños. Hay muchas razones por las que esto puede suceder, pero también existen historias asombrosas de perros que regresan a casa. A veces, los animales encuentran a sus dueños en las circunstancias más increíbles y a pesar de numerosos obstáculos. Así ocurrió con un perro llamado Gizmo, que se escapó del patio trasero de la casa de su dueña en el lejano 2015.
Justo después de la desaparición de su querido compañero, su dueña, Judith Monarres, comenzó una búsqueda desesperada. Pegaba carteles, preguntaba a los vecinos y publicaba anuncios en las redes sociales, pero, lamentablemente, sus esfuerzos fueron en vano. Los vecinos le contaron a Judith que parecían haber visto a una mujer recoger a Gizmo y llevárselo, pero no había pruebas concretas de esto.
Sin embargo, la dueña de cuatro patas nunca se rindió y mantuvo la fe de que lo encontraría. De manera periódica, publicaba en las redes sociales recordando que todavía esperaba el regreso de su querido amigo a casa y pedía a aquellos que pudieran saber algo de él que se lo informaran.
Un verdadero milagro
Y fue así que, a finales de julio de 2024, Judith recibió un correo electrónico de una clínica veterinaria en el que le informaban que Gizmo había sido encontrado con vida. Lo encontró un residente local, que llevó al perro a la clínica veterinaria. Allí escanearon el microchip del perro y obtuvieron toda la información sobre la dueña.
Judith considera que lo sucedido es un verdadero milagro. Además, no deja de estar agradecida por haber decidido implantarle un microchip al perro en su momento.
Desafortunadamente, durante los años fuera de casa, Gizmo cambió: empezó a tener miedo a las alturas, las aves y las sombras, y comenzó a cojear. Cuando lo encontraron, le faltaban varios dientes y sus ojos estaban muy inflamados.
«A pesar de que se veía completamente diferente, supe de inmediato que era Gizmo cuando lo miré a los ojos. Y tan pronto como dije su nombre, él inclinó la cabeza y no apartó la mirada de mí», contó Judith.
Según la dueña del animal, ahora está concentrada en su tratamiento, así como en «darle todo el amor que ha guardado para él todos estos años».