Si tienes entre 60 y 75 años: qué no se debe perdonar a los nietos para mantener el respeto…
Para los abuelos, los nietos no son solo una continuación de la familia, sino una verdadera alegría. Traen luz y sentido a sus vidas, convirtiéndose en una fuente de orgullo. Se les ama por su sinceridad, por ser quienes son. Es un amor incondicional: la disposición a perdonar travesuras, caprichos y malentendidos. Pero a veces llega un momento en el que hay que preguntarse: ¿no es mejor dejar de perdonar lo que no se debe perdonar? ¿Cuándo es necesario establecer un límite claro para no perder el respeto y, junto con él, la cercanía?
Examinemos más a fondo cinco comportamientos preocupantes que pueden ser una señal para actuar.

1. Trato irrespetuoso
La generación mayor a menudo se ve victimizada por comentarios bruscos y agresivos por parte de los más jóvenes. «¡Abuela, otra vez con tus consejos!» o «¿Abuelo, estás en tus cabales?» – frases que pueden parecer bromas ligeras, pero con el tiempo, destruyen las relaciones.
Una mujer de 65 años escribe: «Cuando pienso en aquellos chicos que alguna vez fueron pequeños y encantadores, no puedo creer cómo han cambiado. A veces no puedo creer lo que escucho. Claro, todos entendemos que los jóvenes cambian un poco, tienen sus propias perspectivas y su propio mundo, pero ¿es esta una razón para tratarnos así? Recuerdo claramente cómo me enseñó mi madre a respetar a los mayores y siempre creí que así sería también con mis hijos y nietos. Y de repente, un cambio tan radical.
Entiendo, no quiero ser la anciana con la que no quieren hablar normalmente. No quiero que me hablen como a alguien que se puede simplemente ignorar o ridiculizar. Tal vez este sea precisamente el momento para detener todo y explicar calmadamente que si te tratan sin respeto, eso no se puede tolerar. Sí, a veces no quieres «aclarar las cosas», pero ¿qué hacer si el silencio no ayuda y todo continúa?»
¿Por qué es esto tan importante? Porque detrás de estas palabras no solo se esconde una crítica, sino la completa falta de respeto hacia una persona con experiencia de vida. Cuando los nietos empiezan a ver a la abuela o al abuelo como ancianos a los que se puede ignorar, esto evidencia una disminución de su valor a los ojos de la generación más joven. Si realmente valoraran la opinión de sus mayores, no se permitirían hablar de manera grosera.
La falta de respeto hacia la generación mayor no es un malentendido casual, sino el resultado de ignorar estos momentos durante largo tiempo. Cuanto más permitas ser el objeto de burlas, más difícil será corregir la situación. Pero si no pones límites de inmediato, corres el riesgo de quedarte en el papel de «persona para pedidos», alguien con quien se puede decir cualquier cosa y luego olvidarlo. Cuando el nieto comienza a comportarse de esa manera, es importante decirle clara y sin ira: «No puedes tratarme así». Esto no significa ser estricto y severo, pero sí que los límites deben ser claros e inquebrantables. De lo contrario, tu papel en su vida se reducirá gradualmente al de una persona a la que se puede permitir cualquier grosería.

2. Indiferencia hacia ti y tu vida
Cuando los nietos dejan de interesarse por tu vida, esto se convierte en una señal preocupante. Es importante entender que esta indiferencia no surge por casualidad. Tal vez es el resultado de que te consideran algo distante y no relevante para ellos. A veces percibimos estos momentos como «mala educación juvenil», pero en realidad puede reflejar su percepción de las relaciones familiares. Los nietos pueden estar ocupados con su vida, pero si siempre inicias el contacto y ellos no muestran ni siquiera un interés mínimo, crea una sensación desagradable de soledad.
Una mujer comentó: «Así estoy sentada, pensando en si recibiré una llamada de mis nietos o al menos un mensaje… Pero no llega nada. ¿De verdad se olvidaron? Siempre recuerdo los cumpleaños, las festividades, trato de felicitarles, y para mí eso es muy importante. ¿Y ellos… simplemente responden rápido con un ‘gracias’? Bueno, ya está, me felicitaste, ¿pueden seguir con sus cosas? A veces me sorprendo a mí misma esperando con ansias esa llamada y luego – nada. Y ahí estás, preguntándote: ¿por qué? Bueno, ¿por qué no pueden decir un par de palabras sobre cómo estoy? ¿Es tan difícil?
Entiendo que tienen su propia vida, preocupaciones y problemas. Pero tal vez los nietos también deban entender que los ancianos también somos personas, que tenemos nuestras propias preocupaciones, nuestros intereses. Yo, por ejemplo, quiero mucho que se interesen por cómo vivo, por qué es nuevo en mi vida. No requiere mucho — solo un par de minutos para llamar o escribir. Pero cuando esto ocurre solo en celebraciones o cuando necesitan algo, duele. A veces me pregunto: ¿seré demasiado insistente? Pero luego pienso que todos merecemos atención mutua, y eso no es pedir mucho».
Estamos acostumbrados a pensar que los nietos deben cuidarnos, que recordarán las celebraciones y llamarán «solo porque sí». Pero, ¿deberíamos ser siempre quienes nos recordamos a nosotros mismos para no sentirnos olvidados? Las conversaciones, por más triviales que parezcan, son importantes. Posiblemente no entiendan que no se trata solo de responder a una felicitación, sino de interesarse genuinamente por cómo están las cosas. No esperes que lo hagan por sí solos. Toma la iniciativa, pero no temas hablar abiertamente de tus sentimientos. Recuerda que para ti es importante saber que piensan en ti y que entre ustedes no debe haber solo conversaciones formales, sino interés genuino.

3. Usarte solo por necesidad
Cuando los nietos comienzan a dirigirse a ti solo cuando necesitan algo – sea ayuda con los niños o apoyo financiero – esto se vuelve dolorosamente obvio. Entonces surge la pregunta: ¿realmente te valoran como persona? Claro, ayudar a la familia es algo normal, pero cuando te perciben solo como una fuente de beneficio, es un llamado a la acción. Posiblemente no se den cuenta de cómo se ve esto. No ocultes tu insatisfacción y vergüenza si esto ocurre con frecuencia. Es importante mostrar que tu atención y amor no deben ser solo motivados por la necesidad.
«Abuela, ¿puedes quedarte con los niños? Necesitamos hacer algunos recados…» Ya he escuchado esto varias veces, y cada vez se me encoge el corazón. No me malinterpreten, siempre estoy dispuesta a ayudar, pero cuando esto se convierte en la única razón para el contacto, duele. Te conviertes no solo en abuela, sino como en… un ayudante regular. «Abuela, igual estás en casa, no trabajas, así que quedate.» Y luego silencio. No hay más llamadas, ni preguntas sobre cómo estoy. Y saben, siempre los justifico — tienen sus asuntos, problemas, están tan ocupados. Pero en algún momento me di cuenta de que no debo ser simplemente una fuente conveniente de ayuda.
Es aterrador darse cuenta de esto, pero no hay nada de malo en aprender a decir «no». Sí, tal vez no lo entenderán o incluso se ofenderán, pero… es mejor discutir un poco que pasar toda la vida quejándose de que te usan. No estoy en contra de ayudar, pero quiero que sepan que también me importa su atención, no solo mis servicios. Y ya no me avergüenza decir: «No puedo, tengo mis cosas». Porque también merezco que me traten con respeto, no solo como una abuela de reemplazo,» relata una abuela de 70 años.
Evidentemente, tales situaciones pueden causar discusiones y malentendidos. Pero si no hablas de ello, seguirás soportando y los nietos seguirán aprovechando. Aquí es importante hacerles saber tu posición: «Quiero que te intereses por mí, no solo por mis servicios». Tu bondad no debe convertirse en una herramienta de manipulación. A veces, negarse a una petición no es crueldad, sino cuidar de tus límites y respeto por ti mismo. Y esto también enseña a los nietos a valorar no solo lo que pueden obtener, sino también lo que pueden ofrecer.

4. Desprecio por las tradiciones familiares
Las tradiciones familiares no son solo acciones repetitivas, sino una parte importante de lo que hace que una familia sea unida y cohesionada. Si para ti son importantes las comidas compartidas, las celebraciones o simplemente los encuentros familiares, y tus nietos no ven el sentido o rechazan participar, esto puede provocar sentimientos de decepción y soledad. Es importante entender que las tradiciones no son solo recuerdos del pasado, sino el vínculo entre generaciones. Cuando este vínculo se rompe, existe el peligro de que, con el tiempo, las relaciones se vuelvan más superficiales.
«Cuando los nietos o los hijos dejan de asistir a las celebraciones familiares, siempre duele. Creo que no son solo tradiciones, es nuestro vínculo con las generaciones, lo que se transmite de generación en generación. Siempre tratamos de reunirnos en familia. Cada Año Nuevo, cada Navidad, era nuestra pequeña tradición, nuestros momentos de estar juntos. Y ahora, ¿qué? A veces los nietos no pueden venir ni un par de horas, y las cartas o los mensajes no son lo mismo. Claro, entiendo que van creciendo, tienen su propia vida. Pero, ¿es esto una razón para olvidar esos momentos que son importantes para nosotros?
Si los nietos no quieren continuar estas tradiciones, tal vez no sean tan importantes para ellos. O puede que simplemente no entiendan cuán importantes son para nosotros. Y sí, en esos momentos uno quiere llorar. Pero he aprendido a entender que no siempre podemos obtener de los demás lo que necesitamos. Y que no vale la pena aferrarse si no es mutuo,» concluyen nuestras abuelas.
Cuando los nietos te visitan una vez al año, y en lugar de una conversación en persona dejan un mensaje corto, esto hiere. Posiblemente justificas su comportamiento, entendiendo que tienen sus preocupaciones y obligaciones, pero es importante para ti que comprendan el valor de lo que haces para mantener ese vínculo. Intenta hablar abiertamente con ellos sobre lo que significa para ti. No fuerces, pero comparte tus preocupaciones. Explica cómo fue en tu hogar, por qué es importante para ti la familia y la participación en las tradiciones. Invítalos a cenar, a celebrar. Pero recuerda, no siempre vale la pena tratar de conseguir atención a través de reproches. Los nietos pueden no entender inmediatamente el valor de estas tradiciones, pero si eres consistente, con el tiempo lo comprenderán.

5. Descuido hacia tus sentimientos y salud
Con la edad, todos enfrentamos dolores y limitaciones. Cuando los nietos se muestran indiferentes respecto a tus quejas sobre salud, esto puede ser no solo ofensivo, sino doloroso. «¿Por qué te quejas?» – es una frase que puede herir fácilmente, ya que no solo devalúa tu estado, sino que ignora tus sentimientos.
«Saben, siempre me ha herido cuando los nietos dicen: «Oh, no te preocupes, todos envejecen». ¡Y me duele, sinceramente! Y les hablas acerca de lo difícil que es levantarse, del dolor de espalda, y te responden: «todos están igual, no te angusties». ¡Oh, cómo duele cuando simplemente te eliminan! Puede que esté envejeciendo, pero eso no significa que mis sentimientos no importen. A veces, cuando me quejo de dolores o cansancio, siento que ellos piensan que no importa, que es parte de la vejez y debo «callar». Pero, ¿no es importante ser escuchado? ¿No es importante que los nietos sepan que preocuparse por nosotros también es una manifestación de amor? No necesito lamentos, necesito que simplemente digan: «Abuela, ¿cómo estás?» Y no solo por costumbre, sino sinceramente. Y si no lo digo, ellos no lo entenderán».
Tal vez los nietos no se den cuenta de que sus palabras pueden herir. Simplemente no saben cuán importante es para ti la atención y el apoyo en este período de tu vida.
Esta es una situación en la que no conviene callar. Explica honestamente que para ti es importante ser escuchado, que se preocupen no solo en momentos de celebración, sino en la vida diaria. Lo principal es no guardar rencores dentro, porque solo crecerán y agravarán tu estado. Habla sobre lo que necesitas atención, y es importante que los nietos te apoyen no solo cuando necesitas algo de ellos, sino viceversa. El amor no es solo perdonar, sino también un respeto sincero. Y el respeto comienza contigo.
El amor no es solo perdón, es respeto y cuidado mutuo. Respétate a ti mismo, y entonces tus nietos aprenderán a valorarte. ¡Sé feliz!