Los perros repitieron las acciones de sus dueños a través de videollamada.
Los perros no solo reconocieron a sus dueños durante las videollamadas, sino que también fueron capaces de imitar su comportamiento. Sin embargo, los animales se enfrentaron a diferentes desafíos dependiendo de si veían a las personas desde un lado, arriba o de frente.
Investigaciones anteriores han demostrado que los perros realmente pueden entender a los humanos. Por ejemplo, ellos poseen un léxico que les permite asociar un objeto con su nombre. Al mismo tiempo, se sabe que algunos representantes del mundo animal (como los loros) pueden distinguir la comunicación entre ellos durante una videollamada de la visualización de un video grabado previamente.
Científicos analizaron la comunicación entre humanos y perros a través de videollamadas. Las mascotas pudieron repetir las acciones de sus dueños tal como si estuvieran en la misma habitación comunicándose en persona.
En el experimento participaron dos perros: el golden retriever Frank y la labradora Tara. Se les enseñó a imitar las acciones humanas siguiendo el método «Haz lo que yo hago». Una vez que se logró el efecto deseado en vivo, la comunicación entre los perros y los humanos se trasladó al ámbito virtual.
Los animales interactuaron con una videoproyección bidimensional a tamaño real, proporcionada por un servicio especial de videoconferencias. El dueño mostraba una acción frente a la cámara de su dispositivo y daba una orden verbal para que la mascota lo imitara.
Se les pidió a los perros que caminaran hacia atrás, se acostaran, dieran vueltas y presionaran un botón de llamada. Algunos movimientos fueron demostrados por primera vez durante la videollamada, ya que no formaban parte de los ejercicios de entrenamiento: sin práctica previa, se les pidió a los animales que recogieran un objeto, tocaran un poste con la nariz o derribaran una botella de agua. Los investigadores querían comprobar no solo la habilidad de los perros para realizar acciones específicas durante la comunicación a distancia con sus dueños, sino también su reacción a diferentes proyecciones: de frente, de lado y desde arriba.
Frank y Tara repetían con éxito tanto las acciones conocidas como las nuevas. Los investigadores sugirieron que las tareas que involucraban objetos les generaban más dificultades: por ejemplo, ninguno presionó el botón durante la videollamada, aunque esto no fue un problema durante la interacción en persona. Sin embargo, señalaron los autores del estudio, la lista de tareas era demasiado pequeña para llegar a conclusiones definitivas.
Era más fácil para Frank y Tara repetir acciones cuando veían a sus dueños de frente o de lado, ya que así suelen mirar a las personas en la vida cotidiana. Cuando los mostraban desde arriba, era más difícil repetir la acción, aunque en algunos casos los animales lo lograban.
Según los investigadores, el experimento proporcionó nueva información sobre cómo los perros perciben e interpretan las acciones humanas:
«Este método innovador puede ampliar la investigación de otras potenciales capacidades cognitivas, incluso en otras especies».
Sin embargo, los autores de la publicación consideran que sus conclusiones deberían corroborarse con una muestra más amplia y un mayor número de acciones. Los resultados pueden variar según el tipo de tarea y la reacción individual de cada perro.