Familia

Cómo mantener la cercanía con los hijos, incluso cuando se hacen adultos…

Cada padre espera que su hijo crezca y aún desee mantener una relación cercana con él. Pero los vínculos cercanos no surgen por casualidad, se construyen a través de pequeñas interacciones diarias que brindan al niño una sensación de seguridad, haciéndole sentir visto y valorado.

La investigadora y entrenadora de crianza consciente Rim Rauda estudió más de 200 familias. Llegó a la conclusión de que las relaciones entre padres e hijos en la adultez dependen de cómo los padres respondieron a sus hijos desde su nacimiento.

Según Rauda, si deseas que tus hijos siempre confíen en ti, te respeten y deseen estar cerca de ti, sin importar cuántos años tengan,comienza a hacer estas siete cosas desde una edad temprana:

1. Hazles sentir que sus sentimientos son importantes

Es fundamental que los niños se sientan seguros y cómodos al compartir sus sentimientos. Pero cuando escuchan «Estás bien» o «Eso no es tan importante», pueden pensar que sus emociones no importan y, como resultado, dejarán de compartirlas.

En lugar de ignorar las emociones, Rauda recomienda reconocerlas. Para que el niño sienta que ha sido escuchado, podrías decir: «Parece que estás molesto» o «Veo que estás triste». La seguridad emocional no se trata de resolver los problemas del niño, sino de hacerle saber que sus sentimientos son importantes y comprendidos.

2. Opta por la conexión en lugar del control

La crianza basada en el miedo, el castigo o la corrección constante crea distancia. Los niños empiezan a ocultar partes de su personalidad para no decepcionar a los adultos.

Los padres que mantienen la cercanía con sus hijos no exigen obediencia. En su lugar, priorizan la construcción de confianza. Reír juntos, escuchar sin juzgar y mostrar empatía ayuda a que los niños se sientan seguros.

Si los niños sienten protección emocional, buscarán apoyo en los padres incluso en la adultez.

3. Da voz a sus propias vidas

Si los padres toman todas las decisiones por los niños, pueden pensar: «Mis acciones no importan, entonces ¿por qué tener una opinión sobre cualquier tema?»

En lugar de decidir por ellos, pregunta: «¿Qué piensas?» o «¿Qué te parece correcto?». Da a los niños la oportunidad de tomar decisiones acorde a su edad: por ejemplo, elegir su ropa, pasatiempos o comida, aconseja Rauda.

4. Reconoce tus errores

Rauda señala que los padres esperan respeto de sus hijos, pero no siempre lo demuestran.

Pedir disculpas enseña a los niños que el respeto es mutuo. Frases como «Reaccioné de manera exagerada antes, y lo siento» muestran que las relaciones no son una cuestión de poder, sino de entendimiento mutuo.

Los niños que crecen en familias donde la responsabilidad es la norma no temen cometer errores. En lugar de ocultar sus dificultades, creen que pueden acudir a ti sin sentirse avergonzados.

5. Haz del tiempo de calidad juntos un hábito diario

Las relaciones sólidas no se forjan en una sola conversación larga, sino a través de pequeños y consistentes momentos.

«La conexión no solo se establece por el tiempo que pasas juntos, sino por la frecuencia con que tu hijo se siente prioritario. Compartir comidas, leer antes de dormir o simplemente preguntar cómo fue su día fortalece el vínculo», asegura Rauda. «Los niños que se sienten valorados en los pequeños detalles naturalmente permanecerán cercanos a ti en la vida adulta».

6. Permítele ser él mismo sin juicios

Si un niño siente que constantemente lo comparan o juzgan, comienza a «reducirse» para encajar. Con el tiempo, aprende a ocultar sus pensamientos, intereses y dificultades reales.

«Ayudar a los niños a aceptarse a sí mismos comienza con cómo reaccionas ante ellos. En lugar de señalar defectos, celebra su singularidad. Alentando sus intereses, incluso si no son lo que esperabas, les haces saber que los amas tal como son», afirma el experto.

7. Protege la relación, no tu razón

«Habrá momentos en que tú y tu hijo no estarán de acuerdo», señala Rauda. «Si siempre defiendes tu ‘razón’, sacrificando la cercanía con tu hijo, él aprenderá que su aprobación depende de su comportamiento. Los niños pueden obedecer en la infancia, pero en la adultez pueden distanciarse».

En lugar de intentar probar tu punto de vista, se recomienda enfocarse en el entendimiento. «Si tu hijo no está de acuerdo contigo, no sucumbas a la tentación de callarlo. Responde con curiosidad: ‘Cuéntame más sobre por qué piensas así'», aconseja ella.

Cuando los niños saben que pueden expresarse mientras siguen siendo amados y respetados, se convierten en adultos que confían en las relaciones, en lugar de temerles, concluyó Rauda.

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