7 mitos sobre el envejecimiento: desmintiendo creencias populares sobre la edad y la salud…
La transición a la edad avanzada es una parte natural del camino de la vida, pero alrededor de esta etapa existen muchos mitos y miedos infundados.
Dado que es un tema que afecta a todos y la esperanza de vida aumenta constantemente (según las proyecciones de la OMS, para 2050 la proporción de personas mayores de 60 años en el planeta alcanzará el 22%), es crucial separar la información veraz de las creencias erróneas.
Examinemos críticamente los estereotipos más comunes sobre el envejecimiento, basándonos en datos científicos modernos.
Mito 1: El deterioro físico es inevitable
Existe la creencia de que el cuerpo humano ineludiblemente se deteriora con la edad. Naturalmente, décadas de actividad pasan factura, los sistemas del organismo se desgastan.
Pero la idea de que una degradación física total está predestinada es incorrecta. El ritmo de estos cambios se puede controlar en gran medida, y el proceso de envejecimiento se puede ralentizar significativamente.
La Organización Mundial de la Salud enfatiza que la corrección de la dieta y la actividad física adecuada permiten enfrentar de forma eficaz muchos desafíos asociados con la edad, como la pérdida de masa muscular, la acumulación de grasa excesiva, la hipertensión arterial o la disminución de la resistencia ósea.
Curiosamente, la actitud de la persona también juega un papel. Estudios científicos muestran que la expectativa de fragilidad por sí sola puede contribuir al deterioro del estado físico.
Una percepción positiva de la propia edad se correlaciona con una mayor inclinación a un estilo de vida activo, disposición para cuidar la salud e incluso con un aumento de la esperanza de vida (las investigaciones indican una diferencia de hasta 7.5 años).
Esencia:Los cambios relacionados con la edad ocurren en el cuerpo, pero su ritmo y profundidad dependen en gran medida del estilo de vida y el estado psicológico. La actividad, una alimentación balanceada y el optimismo son claves para mantener una buena forma física.
Mito 2: Es perjudicial que las personas mayores practiquen deporte
Esta idea es exactamente lo opuesto a la realidad. El movimiento beneficia en cualquier etapa de la vida, ayudando a fortalecer la musculatura, controlar el peso y mejorar el estado psicoemocional.
La noción de que empezar o continuar con los entrenamientos en la edad adulta es inútil, también es incorrecta.
Experimentos donde personas de 60 a 80 años aprendían ejercicios de fuerza mostraron un notable aumento en la fuerza, el volumen muscular y las capacidades funcionales generales del organismo.
Además, se han acumulado suficientes evidencias de que el ejercicio físico regular sirve como prevención de trastornos cognitivos, incluida la enfermedad de Alzheimer.
El análisis de datos de más de 1700 personas mayores conectó la actividad física con un retraso en el inicio de la demencia.
Aclaración:Las personas con enfermedades existentes deben obtener la aprobación de un médico antes de comenzar con los entrenamientos, ya que pueden existir contraindicaciones para ciertos tipos de ejercicios (por ejemplo, ejercicios de impacto intensos en caso de osteoporosis).
Sin embargo, para la gran mayoría de las personas mayores, encontrar una actividad física adecuada es posible y necesario.
Mito 3: La necesidad de sueño en las personas mayores cambia drásticamente (aumenta o disminuye)
Existen opiniones contradictorias: supuestamente las personas mayores necesitan dormir más (debido a la somnolencia diurna) o menos (debido a despertarse temprano).
La verdad es quela necesidad fundamental de horas de sueño casi no cambia. Las recomendaciones de los Centros para el Control de Enfermedades de EE.UU. (CDC) para la edad de 61-64 años es de 7-9 horas, para los mayores de 65 años es de 7-8 horas.
La principal dificultad es otra:la calidad del sueño a menudo empeora con los años. Se vuelve más superficial, interrumpido, y el conciliar el sueño se dificulta. Las razones son diversas:
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Alteraciones en los ritmos circadianos («diurnos»).
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Incomodidad debido a dolores crónicos (artritis, etc.).
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Enfermedades que causan dificultad para respirar.
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Efectos secundarios de algunos medicamentos, que se prescriben más a menudo en la vejez.
Las dificultades con el descanso nocturno explican la necesidad de algunas personas mayores de dormir durante el día.
Un dato curioso: varios estudios indican que las personas mayores pueden soportar psicológicamente la privación del sueño con más facilidad que los jóvenes.
Mito 4: La osteoporosis es un problema exclusivamente femenino
Aunque esta enfermedad, caracterizada por una mayor fragilidad ósea, se diagnostica con mayor frecuencia en mujeres (especialmente después de la menopausia), no es exclusivamente «femenina».
Los hombres también son susceptibles a la osteoporosis, al igual que las personas más jóvenes, aunque en menor medida.
Según datos de la Fundación Internacional de Osteoporosis, aproximadamente una de cada tres mujeres mayores de 50 años está en riesgo, y uno de cada cinco hombres puede sufrir una fractura debido a la fragilidad ósea durante su vida.
El argumento de la inevitabilidad de la osteoporosis para las mujeres también es falso. Las estadísticas muestran que dos tercios de las mujeres mayores de 50 años no la padecen.
La prevención incluye un consumo adecuado de calcio y vitamina D, así como una actividad física regular que fortalezca el tejido óseo.
Mito 5: La actividad mental se desvanece irreversiblemente con la edad
Alrededor de las funciones cognitivas en la vejez existen especialmente muchas falsas creencias.
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Mito A: La demencia (pérdida adquirida de la capacidad mental) es un resultado inevitable del envejecimiento.
Realidad:El riesgo de desarrollar demencia aumenta, pero no es una norma del envejecimiento. Las estadísticas globales de la OMS indican un 5-8% de personas con demencia entre los mayores de 60 años. Esto significa que más del 90% de las personas en este grupo de edad no la padecen.
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Mito B: Cualquier disminución de la memoria o atención es el comienzo de la demencia.
Realidad:El deterioro cognitivo puede preceder a la demencia, pero no necesariamente la lleva a cabo.
Muchas personas experimentan deterioros cognitivos leves o moderados que no progresan a la demencia.
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Mito C (clave): La disminución de las capacidades mentales en la vejez es inevitable.
Realidad:No es así. El cerebro tiene plasticidad, y sus funciones se pueden mantener.
Los factores,que reducen el riesgodel deterioro cognitivo, están bien estudiados: actividad física, control de presión, peso y niveles de azúcar, abstención de fumar, dieta balanceada, así como carga mental (aprender cosas nuevas, resolver problemas, entrenamiento cognitivo).
Mito 6: No tiene sentido dejar de fumar en la vejez
Esta afirmación es un mito peligroso o una cómoda auto-justificación. Los expertos médicos coinciden en que:dejar de fumar es beneficioso a cualquier edad y con cualquier duración del hábito.
El organismo comienza a recuperarse prácticamente de inmediato después de dejar los cigarrillos. Mejora la circulación, la función pulmonar, y se reducen los riesgos de muchas enfermedades.
Los beneficios para la salud son evidentes, y la edad no es un obstáculo para los cambios positivos.
Mito 7: La vida íntima termina en la vejez
La idea de que el sexo y la edad son incompatibles es profundamente errónea.
Los cambios fisiológicos (riesgo de disfunción eréctil en hombres, sequedad de las mucosas en mujeres) pueden realmente crear dificultades, pero la medicina moderna ofrece soluciones efectivas (medicamentos, lubricantes, terapia hormonalse necesita una consulta con un especialista).
Es importante entender que solo una minoría de los hombres mayores de 60 años enfrenta un riesgo de DE (alrededor del 11-12%), es decir, casi 9 de cada 10 no tienen este problema.
La naturaleza de la intimidad puede cambiar, volviéndose menos acelerada, pero eso no significa pérdida de placer o importancia.
Algunos cambios relacionados con la edad pueden incluso jugar a favor (por ejemplo, el aumento de la duración del acto sexual en hombres).
La disminución del deseo sexual es posible, pero no es una regla universal. Las investigaciones confirman que muchas personas mantienen actividad sexual y satisfacción en su vida íntima hasta una edad avanzada.
En resumen
La mayoría de los mitos sobre el envejecimiento se basan en la idea de una caída irremediable: física, mental y emocional.
Sin embargo, los datos científicos y la experiencia de millones de personas demuestran que, aunque los cambios relacionados con la edad son reales, su trayectoria depende en gran medida de nosotros mismos.
Un estilo de vida activo, cuidado de la salud, actividad intelectual y, lo que es importante, una actitud positiva hacia la propia edad pueden convertir los años de madurez en un período de bienestar, actividad y plenitud de vida. La edad no es un diagnóstico, sino una característica más de la persona.