¿Pueden llorar los perros?
Un perro puede expresar sus emociones a través de su cuerpo. Por ejemplo, el movimiento de su cola o la inclinación de su cabeza hacia un lado, la posición de sus orejas o su cuerpo, son señales evidentes. Además, un perro muestra sus emociones a través del ladrido o el aullido. Pero, ¿puede un perro expresar sus emociones como lo hace un humano y llorar cuando está triste?
¿Pueden llorar los perros?
Por supuesto, los perros tienen glándulas lagrimales que aseguran la hidratación y limpieza de sus ojos. Teóricamente, es posible que los perros pudieran llorar. Sin embargo, prácticamente no lo hacen. Las lágrimas en las mascotas son necesarias para limpiar los ojos de suciedad e hidratar la córnea.
No obstante, esto no significa que nuestros amigos de cuatro patas no puedan estar tristes o que no sean capaces de empatizar con la tristeza de sus dueños. Para nada es así. A un perro puede afectarle la pérdida de un juguete, una pata pisada o un regaño de su querido dueño. Tienen acceso a una amplia gama de emociones, pero los perros están acostumbrados a expresarlas de maneras completamente diferentes a las lágrimas.
Si el dueño nota lágrimas en su mascota, esto es un motivo para prestar atención a su salud. El lagrimeo excesivo puede indicar diversas enfermedades. Es necesario acudir a un veterinario para descartar, por ejemplo, la presencia de alergias, inflamación del globo ocular o un cuerpo extraño en los ojos.
Cómo expresan emociones los perros
Los perros utilizan el lenguaje corporal y los sonidos para mostrar sus emociones. Es muy importante interpretar correctamente las señales que envía la mascota.
La expresión de emociones dependerá del temperamento y el carácter del perro. Por ejemplo, si un perro está estresado, puede pasar de ser una mascota alegre y juguetona a estar apática (es importante también descartar problemas de salud si este comportamiento no es típico del animal). Cuando la mascota no está contenta con el contacto humano, puede negarse a jugar, girar la cabeza o mostrar señales de sumisión: el perro aprieta las orejas y la cola, gira la cabeza y encorva el cuerpo.
El movimiento de la cola puede indicar excitación, aunque la causa de dicha excitación no siempre es la alegría, sino también puede ser la agresividad. Si el perro mueve la cola y el cuerpo rápidamente, aprieta las orejas, gime y está relajado, probablemente esté contento. Pero si su cola está levantada, tensa, y el pelo del lomo se eriza, eso puede indicar que está muy excitado, se siente seguro y está listo para un conflicto.
Cuando un perro se acuesta de espaldas, no siempre es una señal de que quiere que lo acaricien. En diferentes situaciones, esta postura puede indicar que pide cariño o que está en un estado de miedo y sumisión o teme el contacto. Generalmente, en esta situación el perro estará tenso, con las orejas hacia atrás, la cola apretada, acostado de espaldas, bloqueando así un comportamiento agresivo dirigido hacia él.
Al experimentar estrés, un perro puede comenzar a bostezar, lamerse el hocico, desviar la vista y apretar las orejas.
En la interacción con un perro es importante separar los sentimientos humanos de las emociones del animal. No debemos humanizar a las mascotas, atribuyéndoles lágrimas de tristeza, venganza por no recibir una golosina o vergüenza por un zapato roto.