Estilo de vida

«La vejez comienza con un error tonto» – una estrategia que devolvió el rostro firme y la salud femenina.

¿Cuántas veces has pospuesto tus asuntos de salud y tus hobbies favoritos? Sí, primero los hijos, el trabajo, luego los nietos y para todo se necesita tiempo. Y tú misma, ¿qué haces? Comes cualquier cosa al paso y te vas a hacer tus cosas. Al final, corremos a los médicos cuando ya no hay remedio: duele aquí, molesta allá, y el rostro tampoco rejuvenece.

Todo esto me resulta familiar: la carga de responsabilidad de criar a tres como madre y de miles de mujeres como entrenadora con formación médica. Pero nunca para mí. Así fue durante mucho tiempo hasta que algo en mi vida me hizo despertarme.

Después de que nació el menor, Gabriel, me encontré con problemas que probablemente hayas experimentado tú también, incluso si no tienes hijos. Pero muchas callan sobre ellos, y yo lo diré:

  • Los dolores regulares: ya sea en el cuello o en la parte baja de la espalda – son un indicador claro de problemas en el sistema musculoesquelético. Nosotras, las mujeres, estamos predispuestas a hazañas: unas cargan niños, otras bolsas, y algunas incluso se las arreglan para reorganizar los muebles por sí solas.
  • Las pérdidas de orina y el malestar femenino, que eliminan por completo el deseo hacia el hombre e incluso las ganas de entablar relaciones. ¿La causa? La debilidad muscular, la mala respiración, y la costumbre de estar constantemente preocupadas y agitadas.
  • La piel apagada y el rostro hinchado no solo son por la falta de vitaminas, sino también por el flujo linfático alterado debido a los espasmos musculares y las tensiones.

Al principio, corrí a los especialistas con la esperanza de confiar en alguien la responsabilidad de cuidarme. Pero todos se encogieron de hombros y me aconsejaron dedicar más tiempo a la actividad física. ¿Pero cuándo tengo tiempo para mí? Da pena dedicar tiempo a uno mismo, buscamos soluciones simples.

¿Y saben qué? Si en aquel entonces hubiese mirado mi agenda de hoy, me habría sorprendido encontrar gimnasia diaria. Pero logré motivarme y me hice una promesa muy inusual.

Les contaré cuál fue, pero primero quiero compartir tres hábitos de oro que en mi experiencia funcionan mejor que los rellenos y los cosméticos caros.

Hábito Nº1: No quedarse atrapado en las emociones y buscar lo nuevo

Todos los procesos de envejecimiento se activan a través del cerebro. Cuando caemos en la monotonía, las conexiones neuronales dejan de crecer. ¿Sabes de dónde provienen todas esas arrugas y pliegues? El estado de los músculos faciales es el reflejo de nuestros pensamientos. Si de jóvenes no nos quedamos atrapados en emociones, no hay arrugas ni tensiones. Pero con la edad, desarrollamos reacciones típicas a los eventos y acabamos con una máscara facial que refleja el contenido de nuestra cabeza y nuestra alma.

Así que, los variados ejercicios para el cuerpo y el rostro son un gimnasio para nuestro sistema nervioso, que la mayoría ignora, prefiriendo creer que pueden comprar salud y belleza con dinero sin esfuerzo personal.

Hábito Nº2: Establecer correctamente las prioridades y encontrar motivación

Entendía que era responsable en las áreas donde un grupo de personas dependía de mí. Simplemente obligarme a cuidarme cada día, no habría podido. Así que reuní a mis alumnas en un club y prometí subir entrenamientos completamente nuevos para el cuerpo, rostro y cuello todos los días. Al principio, sentí miedo: «¿Y si no puedo hacerlo cada día?». Pero ahora, después de 7 años de este régimen, dejar de hacer ejercicio para mí es igual que dejar de comer o beber.

Y cuando escucho que la gente no hace ejercicio, mi mente no puede aceptarlo. El ejercicio es necesario para todos. No es para curar, sino para prevenir procesos inevitables que se pueden retrasar. Puedes ser una abuela activa y hermosa para tus nietos y ganarte la admiración, o arrastrar los pies y quejarte, diciendo: “he dado toda mi vida por ustedes”. A mí me atrae mucho más la primera opción.

Hábito Nº3: Comer para la salud, no por aburrimiento

La alimentación, sí, una y otra vez, sí. El mejor suero para la piel es el suero de nuestra sangre, que debe tener suficientes nutrientes para mantener un nivel adecuado de hidratación y protección. La calidad de nuestro movimiento determina la velocidad de nuestra circulación sanguínea y la adecuada nutrición de todos los tejidos y órganos internos.

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