Mascotas

¿Entienden los perros el dolor de su dueño? La respuesta te sorprenderá.

Los perros siempre han sido una parte integral de la vida humana. Estos leales amigos de cuatro patas no solo sirven como compañeros fieles, sino que también parecen tener una capacidad asombrosa para entender nuestras emociones.

Muchos dueños de perros han notado que sus mascotas muestran una sensibilidad especial cuando se trata de la tristeza o el desánimo de su dueño. Pero, ¿realmente pueden los perros empatizar con nuestra aflicción o es solo una ilusión? Las respuestas a estas preguntas pueden fortalecer el vínculo entre el ser humano y su amigo de cuatro patas.

¿Pueden los perros sentir empatía?

Todos los dueños de perros parecen responder afirmativamente a esta pregunta. Diariamente sentimos que nuestro amigo de cuatro patas percibe nuestro estado de ánimo y responde a él. A menudo, incluso nos parece que reflejan nuestras emociones o dan la impresión de querer consolarnos.

En el momento en que te sientes mal y triste, puedes notar que tu mascota no se aleja. Es casi como si quisiera animarte o incluso protegerte. El perro parece sentir tu tristeza e intenta calmarte con su presencia y cariño.

Por otro lado, algunos perros reaccionan de manera distante. Están desconcertados porque te comportas de una manera inusual, que no es característica de tu estado habitual de ánimo. Quizás esta sea su forma de mostrar empatía, dándote espacio personal para procesar tus emociones.

Está científicamente demostrado: los perros sienten la tristeza humana

Por muy fuerte que sea nuestra creencia de que nuestros amigos de cuatro patas entienden las emociones humanas, durante mucho tiempo solo fue una suposición. Sin embargo, un reciente estudio realizado en la Universidad de Goldsmiths en Londres ha arrojado luz sobre este misterio.

Dos psicólogas, Deborah Mayer y Jennifer Kastens, llevaron a cabo un experimento con 18 perros de diferentes razas. Las científicas simularon el llanto humano y observaron las reacciones de los animales. Los resultados fueron sorprendentes.

Los perros mostraron preocupación y cuidado no solo por sus dueños, sino también por personas desconocidas cuando escuchaban sonidos que recordaban sollozos humanos. Se acercaban, movían sus colas e intentaban consolar a la persona llorando con su presencia.

No obstante, la verdadera profundidad del apego de los amigos de cuatro patas se manifestó cuando lloraba su propio dueño. Los perros eran mucho más activos y atentos, tratando de estar lo más cerca posible de su propietario. Los científicos explicaron este comportamiento como empatía, la capacidad de simpatizar y compartir el estado emocional de otro ser.

Esto es especialmente evidente en las personas y animales que tienen vínculos estrechos. Un fuerte lazo emocional entre un ser humano y su mascota crea un terreno fértil para el desarrollo de la empatía canina.

Algunos escépticos han sugerido que los perros pueden mostrar atención esperando una recompensa de la persona triste. Sin embargo, los científicos consideraron este detalle: durante el experimento, también reprodujeron sonidos que imitaban el llanto de animales. Y en este caso, los perros también mostraron signos de preocupación y simpatía, lo que pone en duda la teoría de la recompensa.

Así, la investigación de Mayer y Kastens se ha convertido en una significativa confirmación científica de que los perros son capaces de reconocer las emociones humanas, particularmente la tristeza, y reaccionar ante ellas con muestras de cuidado y simpatía. Esta sorprendente habilidad demuestra una vez más la profundidad del vínculo entre el ser humano y su fiel amigo de cuatro patas.

¿Es la empatía el sexto sentido de tu perro?

Los perros tienen cinco sentidos verdaderamente excepcionales: la vista, el oído, el tacto, el olfato y el gusto. Estos sentidos les ayudan a orientarse en el mundo que les rodea y a sobrevivir. Pero no se descarta que nuestros amigos de cuatro patas tengan aún otro, el sexto sentido: la empatía. Este sentido, aparentemente, les permite comprender nuestras emociones, incluida la tristeza.

Como los perros no pueden hablar con nosotros, a veces es difícil determinar si realmente empatizan con nuestro estado emocional o simplemente reaccionan a los cambios en nuestro comportamiento. Sin embargo, numerosas observaciones e investigaciones científicas han demostrado que los perros pueden reconocer las emociones de las personas. Sienten cuando estamos contentos, enfadados o tristes.

Lo que percibimos como «empatía» por parte de nuestras mascotas podría ser, de hecho, una delicada interacción de sus cinco sentidos principales. El perro nota los cambios en nuestra voz, expresión facial, postura, olor y actúa en consecuencia: se vuelve más cariñoso, insistente o, por el contrario, reservado. Podría ser una reacción instintiva, desarrollada a lo largo de la evolución.

Por otro lado, una serie de estudios apuntan a que los perros tienen áreas especializadas en el cerebro, responsables de los vínculos sociales y la empatía. Gracias a ellas, nuestros amigos de cuatro patas pueden literalmente sentir nuestro estado de ánimo, especialmente si establecemos vínculos emocionales estrechos.

Tampoco se puede descartar que ciertos patrones de comportamiento en los perros como respuesta a nuestra tristeza sean aprendidos. Los cachorros pueden copiarlos de sus madres, quienes a su vez aprenden de la interacción con los humanos. Así, quizás la «empatía» de los perros no sea más que una habilidad bien afinada, heredada desde tiempos inmemoriales.

Sea cual sea la explicación, está claro que los perros tienen una notable capacidad para reaccionar a nuestros estados emocionales. ¿Podemos considerar esto un sexto sentido? Quizás para los humanos es más habitual hablar de cinco sentidos, pero quién sabe qué talentos sorprendentes albergan las mentes de nuestros compañeros de cuatro patas.

Reconocimiento del estado de ánimo por el oído

Cuando nos invade la tristeza, se refleja en nuestra voz. Se vuelve apagada, profunda y a veces temblorosa. Las entonaciones cambian, la voz puede entrecortarse con sollozos. Para nuestro amigo de cuatro patas, estas señales sonoras son indicios claros de que algo no está bien con nosotros.

Además, en momentos de profunda tristeza o dolor emocional, podemos emitir sonidos totalmente inusuales para un perro: sollozos, gemidos prolongados. Para el oído sensible de nuestra mascota, esto es como una luz de alerta roja, señalando que el estado emocional de su dueño no es bueno.

Determinación del estado de ánimo a través de los ojos

Los perros son magníficos interpretadores del lenguaje corporal. Tu peludo compañero conoce todas tus posturas y gestos habituales. Para cada emoción tienes tu propio conjunto único de movimientos corporales que el perro ha aprendido a reconocer.

Cuando estás triste, es probable que tu postura sea abatida: hombros caídos, cabeza agachada. Probablemente te moverás despacio, encorvado, dando pequeños pasos pesados. Tu amigo de cuatro patas sin duda notará este cambio.

Los científicos han demostrado que los perros tienen una capacidad asombrosa para leer microexpresiones en el rostro humano. Cambios casi imperceptibles en los rasgos, como cejas levantadas, comisuras de los labios caídas, ojos entrecerrados, son para ellos como un libro abierto. Así que tu mascota, sin duda, podrá reconocer la tristeza en tu rostro.

Determinación del estado de ánimo a través del olfato

El sentido del olfato para los perros es un verdadero don, lejos de las capacidades humanas. Su nariz puede captar las más sutiles variaciones aromáticas, que para nosotros son completamente desconocidas. Y no se descarta que sea precisamente este agudo sentido del olfato el que ayude a nuestras mascotas a determinar nuestro estado emocional, incluida la tristeza.

Es posible que tu amigo de cuatro patas haya aprendido rápidamente a asociar ciertos olores con tus estados de ánimo. Cuando nos sentimos tristes, ocurren cambios hormonales en nuestro cuerpo que afectan la composición de nuestro sudor, feromonas y otras secreciones corporales. Los perros pueden percibir estos cambios casi imperceptibles en el bouquet aromático humano.

Es difícil decir con certeza qué notas del olor sirven como marcador para el perro de nuestra tristeza. Tal vez es un ligero toque de sal de las lágrimas, un cambio en el equilibrio ácido-base, u otros desplazamientos relacionados con el estrés y el estado de ánimo deprimido. Desafortunadamente, probablemente nunca sepamos esto con absoluta certeza, ya que los perros no pueden contarnos estos secretos.

Sin embargo, muchos dueños han notado que sus mascotas, por algún motivo inexplicable, detectan cambios en el estado de ánimo de su dueño, incluso si están sentados inmóviles y no emiten ningún sonido. No se descarta que para esto, los perros utilicen el olfato como una especie de radar emocional. La habilidad para determinar sentimientos a través del olor parece casi mística, pero para nuestro amigo de cuatro patas puede ser completamente natural.

¿Qué comportamiento muestra el perro cuando te sientes triste?

Cuando el alma de una persona se llena de tristeza, su leal compañero de cuatro patas parece captar instantáneamente este cambio. Y cada perro reacciona a la tristeza de su dueño a su manera, dependiendo de su carácter y temperamento.

¿Entienden los perros cuando su dueño está triste? La respuesta es sin duda afirmativa. Pero, ¿cómo expresan realmente su simpatía? Algunos perros se vuelven especialmente cariñosos y tiernos. Imagina que estás sentado en el sofá, sumido en pensamientos melancólicos, y tu amigo peludo se acerca y apoya una pata en tus rodillas, como si quisiera apoyarte y consolarte. O empuja suavemente su hocico contra tu mano, buscando mimos y atrayendo tu atención.

Sucede que la tristeza es tan grande que no deseas levantarte de la cama. En esos momentos, un perro fiel estará siempre a tu lado, día tras día, compartiendo en silencio tu soledad. Solo se aleja brevemente para un paseo, y luego vuelve a ocupar su puesto, vigilando tu frágil paz.

Pero también hay perros que reaccionan de manera opuesta al desánimo de su amo. Los compañeros inseguros y tímidos pueden incluso asustarse cuando su “líder”, siempre fuerte y alegre, de repente parece quebrantado y desanimado. Ya no eres para ellos esa figura protectora de confianza a la que solían acudir buscando protección. Y en vez de consolar, esa clase de perro preferirá mantenerse alejado, evitando temporalmente tu compañía. Pero incluso ese comportamiento es una especie de signo de preocupación y empatía.

Por eso, no debemos ser demasiado estrictos con nuestras mascotas ni exigirles un comportamiento determinado cuando nos sentimos tristes. Es importante entender que ellos ven y sienten tu tristeza y a su manera intentan lidiar con ella.

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