Salud

Canas en la barba – sabiduría en la cabeza: 5 mitos sobre la vejez

¿Con nostalgia piensas que la juventud no es eterna? ¡Nosotros afirmamos que la vejez no es tan temible como los mitos la pintan!

1. Los pensionistas no tienen relaciones sexuales

Con la edad, los niveles hormonales cambian, pero esto no siempre significa la pérdida del libido. Muy al contrario: científicos de la Universidad Wayne en EE.UU. han confirmado que, después de la menopausia, las mujeres a menudo se interesan por el sexo incluso más que antes.

¿Por qué, entonces, se escucha tan poco sobre la vida sexual en la vejez? Primero, en nuestra sociedad, este tema es un tabú. Nosotros mismos renunciamos a las relaciones sexuales debido a ridículos condicionamientos culturales. ¿Cómo no, si todo el mundo insiste en que la vejez es el «ocaso de la vida» y la «edad de la supervivencia», y en el cine y la literatura las descripciones del sexo en la vejez son prácticamente inexistentes? Como si no existiera.

En segundo lugar, es cierto que el libido en personas mayores a menudo disminuye. Pero no es por la edad, sino debido a enfermedades que a menudo acompañan esta etapa de la vida. Los efectos secundarios de los medicamentos y los problemas en las relaciones familiares tampoco aumentan la pasión. Y otro triste hecho es que entre los ancianos, hay muchos solitarios. El Instituto de Investigación de Población en Finlandia descubrió que tener una pareja es el principal factor para continuar una vida sexual en aquellos que «hacen todo lo demás».

Así que no hay razones fisiológicas para renunciar al sexo en la madurez. ¡Solo miren a al presidente Trump! Ya ha pasado de los setenta.

2. Todos los ancianos se desmoronan en pedazos.


No, y esto es bastante evidente en las reuniones de exalumnos cuando los compañeros de clase tienen más de 60 años. Unos se quejan con cada movimiento, mientras que otros bailan toda la noche. Algunos toman pastillas a montones, mientras que otros parecen no estar al tanto de que a su edad se supone que deberían «desmoronarse».

En realidad, la salud depende mucho más de los genes, el entorno y el estilo de vida que de los números de un pasaporte. Una persona que cuida su alimentación, no fuma, no bebe y hace deporte, estará saludable hasta la vejez. Y mantener la juventud externa es más fácil de lo que parece: solo necesitas trabajar en ello desde la juventud.

3. En la vejez son inevitables los fallos de memoria y la demencia. Y aprender algo nuevo es totalmente imposible.

Sí, las neuronas no funcionarán igual que en la juventud. Pueden surgir dificultades con el pensamiento y la memoria. Pero si cuidas tu salud y entrenas tu intelecto, no perderás la razón ni siquiera en la vejez.

La demencia y la pérdida de memoria prácticamente no afectan a aquellos que disfrutan resolviendo crucigramas y acertijos, resolviendo problemas, jugando al ajedrez, aprendiendo idiomas: en resumen, entrenando su cerebro.

4. Me quedaré atrás en la vida.


Las personas mayores son en realidad más conservadoras que los jóvenes, pero esto no se debe al impacto de la edad. Simplemente vivieron en otro tiempo. Lo que era liberal hace 50 años, hoy se considera conservador. Los científicos afirman que cambiar las perspectivas de una persona en la vejez no es más difícil que en la juventud. Así que si vas a seguir el ritmo de los jóvenes o murmurar «En mis tiempos», también depende de ti.

5. No seré feliz.

Sociólogos de la Universidad de Chicago encontraron que, si se descarta la crisis de la mediana edad, el nivel de felicidad aumenta con los años. Cuanto más envejecemos, menos cosas pueden sacarnos de nuestros casillas, y más nos concentramos en los momentos y recuerdos felices. Y teniendo en cuenta que en la vejez puedes tener relaciones sexuales, ser saludable, no caer en la demencia y mantenerte al día con los tiempos, es aún más fácil sentirse feliz.

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