Familia

Cosas que no debes perdonar a tus hijos adultos…

El amor de una madre es incondicional, pero eso no significa que debamos tolerar cualquier comportamiento de nuestros hijos adultos.

Cuando los hijos crecen, llega un momento en que el perdón infinito puede no solo destruir la relación, sino también perjudicar la salud mental de los padres.

Los hijos adultos deben asumir la responsabilidad por sus acciones, y perdonar ciertas cosas puede convertirse en una concesión inaceptable y un catalizador del deterioro de la relación.

Hablemos de los momentos en los que el perdón puede no ser la mejor opción y cómo responder adecuadamente al comportamiento inaceptable de los hijos adultos.

1. Crueldad y abusos

La crueldad que se manifiesta en insultos y comportamiento agresivo no puede ser perdonada. Al fin y al cabo, las palabras pueden causar tanto daño como las manos.

Si un hijo adulto insulta regularmente a sus padres, esto se convierte no solo en una cuestión de límites, sino en una cuestión de respeto mutuo.

La crueldad por parte de un hijo adulto, ya sea verbal o física, nunca debe pasar desapercibida. Incluso si ocurre en momentos de explosiones emocionales, es importante recordar que los adultos deben controlar sus emociones y respetar a sus padres (que, por cierto, no se eligen).

«La crueldad es una manifestación de debilidad. Una persona que confía en sí misma no recurrirá a la violencia».

2. Mentiras patológicas

Por supuesto, todos somos en parte proclives a omitir cosas a nuestros padres. Pero aquí es importante entender: no contar un detalle, callarlo o mentir abiertamente.

La mentira destruye la confianza, y sin confianza, las relaciones pierden su significado. Cuando un hijo adulto comienza a mentir regularmente a sus padres, incluso en cosas pequeñas, es una señal de problemas profundos.

La mentira constante lleva a que cada palabra dicha sea puesta en duda, y esto destruye la relación.

Es importante hacerle entender al hijo adulto que la confianza es la base de cualquier relación saludable. Perdonar la mentira patológica solo la fortalece en la práctica diaria, lo cual puede llevar a consecuencias aún más serias en el futuro.

Al perdonar la mentira constante, los adultos permiten que los hijos manipulen sus emociones y refuercen así su inmadurez.

3. Robo

Sin duda, los adolescentes pueden tomar algo de un adulto sin su conocimiento, y esta es una historia común. La personalidad pasa por un proceso de formación, y en relaciones saludables, los niños y los adultos se escuchan y comprenden qué se puede hacer y qué no. Y qué seguirá a eso.

Pero hay una diferencia cuando los robos ocurren en la edad adulta. No se debe consentir esto y perdonarlo todo.

Esto también se aplica al uso de tarjetas de crédito o cuentas bancarias sin permiso, la venta de bienes de los padres sin su consentimiento, la falsificación de firmas en documentos financieros, y así sucesivamente.

Conocí a alguien que estuvo pagando durante varios años las deudas por microcréditos de su hijo adulto. De hecho, el hijo tomaba hábilmente dinero de los bancos a nombre de su propio padre. Mucho. A menudo. Durante mucho tiempo… Sin comentarios.

El dinero no es solo un medio, es un reflejo de nuestros valores. Es importante no pasar por alto este comportamiento, sino ayudar al hijo a comprender las consecuencias de sus acciones y desarrollar hábitos saludables en relación con el dinero.

4. Desprecio

Cuando los hijos olvidan a sus padres durante mucho tiempo

El distanciamiento emocional se convierte en un problema cuando los hijos adultos olvidan a sus padres y solo se acercan a ellos en tiempos difíciles o cuando necesitan algo. Pueden no llamar durante meses y años, no interesarse por sus asuntos y salud.

Este comportamiento es pura manipulación y explotación, y es importante reconocerlo. Recordar a sus hijos que las relaciones requieren cuidado y atención mutuos.

5. Finanzas

Aunque el deseo de ayudar a su hijo es natural, existen situaciones en las que la ayuda financiera se convierte en explotación.

Por ejemplo, solicitudes constantes de dinero sin intentar ser financieramente independiente; negarse a trabajar o sabotear intentos de empleo; manipular la culpa para obtener apoyo financiero; gastos injustificados del dinero de los padres en lujos o hábitos nocivos.

Es importante aprender a decir «no» y fomentar la independencia financiera de los hijos. Esto implica, por ejemplo, establecer reglas claras para la ayuda financiera, como ayudar solo en casos de necesidad urgente.

6. Manipulación emocional

Es una forma de abuso psicológico que es especialmente doloroso cuando proviene de los propios hijos. Esto incluye chantaje (amenazas de romper la relación si no se cumplen sus demandas); jugar constantemente con la culpa.

Y lo más agresivo y cruel aquí es el gaslighting. Cuando te hacen dudar de tu propia percepción de la realidad.

Es importante aprender a reconocer estas tácticas y no caer en ellas. Establecer límites claros y dar a entender que este comportamiento es inaceptable. Si las manipulaciones continúan, puede ser necesario un distanciamiento temporal o ayuda externa, como un psicólogo.

Un poco sobre el perdón. Es un proceso interno que nos permite dejar ir las emociones negativas y avanzar. Sin embargo, no significa que debamos seguir tolerando este comportamiento o permitir que otros crucen nuestros límites.

Existe una línea delgada entre el perdón y la connivencia (una actitud indulgente, si se quiere). El perdón nos libera de la ira y el resentimiento, pero no nos obliga a continuar la relación en los mismos términos. La connivencia, por el contrario, puede llevar a la continuación de ese comportamiento destructivo con todas las consecuencias que conlleva.

El amor por nuestros hijos es incondicional, pero eso no significa que debamos aceptar cualquier comportamiento. Establecer límites saludables y negarse a perdonar ciertos actos tiene que ver con el respeto por uno mismo y el cuidado personal.

Es importante aprender a distinguir los momentos en los que el perdón contribuye a sanar la relación y cuándo puede llevar a la continuación de un comportamiento dañino. Esté preparado para conversaciones difíciles y recuerde que su bienestar es tan importante como el de sus hijos.

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