Mascotas

¿Qué siente un perro cuando te vas? Descubre cómo ayudarle a sobrellevarlo.

La separación para un perro no es simplemente aburrimiento, sino un huracán emocional. Descubre cómo ayudar a tu amigo a sobrellevar esta tormenta de emociones.

Cuando te vas, ves en los ojos de tu perro una tristeza tal que te rompe el corazón. Es como si te preguntara: «¿Volverás?». Tu regreso es una explosión de alegría: un rabo agitando, saltos y besos. Pero, ¿qué le sucede cuando la puerta se cierra? Ella espera en la entrada, escuchando atentamente cada sonido. El mundo para ella se vacía, una ola de soledad la arropa. Intentemos comprender cómo nuestra ausencia afecta a los perros.

El perro también sufre de soledad

Créeme, la tristeza de un perro por su dueño es una realidad confirmada por la ciencia. Pensar que solo los humanos sufren por la separación es un error. Imagínate: tu fiel amigo, acostumbrado a la constante compañía, de repente se queda solo todo el día. Es como estar encerrado en una habitación oscura sin conexión con sus seres queridos. Tú entiendes que es temporal, pero el perro no, de ahí su sufrimiento.

Una vez, un vecino dejó a su perro solo durante dos días. Todo ese tiempo, ella no se apartó de la puerta, mirando si el dueño regresaría. Era como una escena de una película triste: ojos llenos de expectativa, orejas atentas a cada crujido. No comprendía que el dueño volvería, y esa ignorancia hacía la espera aún más dolorosa. Como si el mundo a su alrededor se hubiera silenciado y todo el significado de la vida se hubiera escapado tras la puerta cerrada.

Cómo el perro experimenta la separación: síntomas de ansiedad

La partida del dueño puede convertirse en una verdadera prueba para un perro. Puede ladrar, aullar, masticar muebles o incluso usar la casa como baño, aunque esté acostumbrado a salir. Todo esto no es por travesura, ¡créeme! Es una reacción al estrés, así es como la mascota intenta lidiar con la ansiedad. Imagínate esperando una llamada de una persona importante, pero el teléfono nunca suena. Así es como el perro también espera por ti, y cada sonido detrás de la puerta es la esperanza de que has regresado.

Un dueño contaba cómo su perro, al quedarse solo en casa, logró abrir un armario y esparcir los zapatos por toda la habitación. No porque los zapatos fueran interesantes, sino porque olían a su dueño. Así intentaba calmar su ansiedad, rodeándose de cosas que le recordaban a su ser querido. Es como si intentara juntar todas las piezas de ti para sentir, al menos por un instante, que estás cerca.

Los perros son seres emocionales: ¿por qué están tan apegados a las personas?

Los perros, nuestros fieles compañeros a lo largo de los siglos, están acostumbrados a la vida en manada, y para ellos el dueño reemplaza a toda la manada. ¿Te imaginas qué responsabilidad? Los científicos afirman que su capacidad de apego e incluso amor es comparable a la de los humanos. Por eso, la separación para ellos es una verdadera prueba. Recuerda la sensación de vacío y tristeza cuando mamá se iba a trabajar de niño, y el tiempo se hacía interminablemente largo. Los perros experimentan emociones similares cuando se quedan solos en casa.

Una amiga contaba cómo su perro, al quedarse solo, ignoraba su cama. En lugar de eso, buscaba consuelo en la cama del dueño, como envolviéndose en su aroma, el calor fantasmal de su presencia. Intentaba llenar el vacío de la soledad, acurrucándose en un lugar impregnado de cuidado y amor. En su leal corazón latía la esperanza: «Si me quedo aquí, ella regresará».

¿Cómo ayudar a un perro a lidiar con la separación?

Crea una sensación de seguridad. Déjale algo que huela a ti: una camiseta vieja, una manta o incluso un simple calcetín. ¿Sabes cómo dicen «huele a hogar»? Para el perro, el aroma es un puente hacia ti, algo que la calma y le recuerda a ti.

Usa juguetes y golosinas. Regálale al perro un juguete especial donde puedes esconder una golosina. Esto distraerá su atención y hará que la espera sea menos angustiosa. Que el perro crea que su principal tarea del día es conseguir esa deliciosa sorpresa, y entonces tu regreso será para él una doble alegría inesperada.

Al salir de casa, deja la radio encendida o, como alternativa, la televisión. Parecería un consejo extraño, pero muchos perros encuentran consuelo en los sonidos del habla humana, como si una presencia invisible dispersara la opresiva sensación de soledad y les recordara la cercanía de la vida más allá de las paredes vacías. En mi caso, cuando mi perro se queda solo, prefiero los audiolibros. Y no, no se trata de que desde cachorro tenga amor por las obras literarias. El secreto radica en el sonido del habla humana mismo, que tiene un efecto casi hipnótico: se calma, sumergiéndose en el sueño bajo el ritmo pausado del lector, como si le contaran un cuento antes de dormir. Esto crea una ilusión de presencia, la sensación de un guardián invisible de su paz.

La separación es un pequeño entrenamiento para la independencia

Los psicólogos recomiendan acostumbrar a los perros a la soledad gradualmente, sin lanzarse inmediatamente a largas ausencias. Comienza con breves interrupciones de 10-15 minutos, aumentando gradualmente el tiempo a una hora, luego dos. Así la mascota se adaptará a tu ausencia y aprenderá la lección más importante: siempre regresas. Como con los niños, una emocionalidad excesiva solo agravará la situación. Un comportamiento tranquilo y seguro del dueño se transmitirá al perro.

Recuerdo cómo le enseñamos a nuestro perro a quedarse solo. Al principio, eran salidas muy cortas de un par de minutos. Y una vez, al volver después de media hora, lo encontré en la ventana. Estaba allí, mirando a lo lejos, como un héroe de un drama romántico, anhelando en la espera de su amada. Una imagen al mismo tiempo conmovedora y un poco cómica. Toda su postura expresaba una tristeza tan profunda que parecía que su vida entera dependía de mi regreso.

La separación a través de los ojos del perro: un poco de humor

Si los perros pudieran hablar, probablemente dirían algo como: «¡Oh no, se olvidó de mí otra vez! Pero no importa, yo espero, espero, soy un perro paciente!» Y cada sonido detrás de la puerta es como una nueva esperanza: «¿Podría ser él? No, no es él… Bueno, esperaré un poco más». ¿Cómo no amarlos por eso?

Una vez, al llegar tarde, volví a casa y me encontré con una mirada que parecía que había regresado no del trabajo, sino de una expedición alrededor del mundo. Mi perro literalmente voló a mis brazos, expresando con todo su ser una tormenta de emociones: «¿Dónde has estado? ¡Ya había empezado a idear un plan de supervivencia en soledad! ¡Gracias a Dios que has regresado!» En sus ojos había un silencio reproche: «Yo creí que volverías… pero, por favor, no lo hagas nunca más».

Porque tu mascota te ama incondicionalmente, con cada fibra de su ser, y cada una de tus ausencias, aunque breve, es una pequeña pero significativa herida para él. Afortunadamente, hay formas de suavizar el dolor de la separación.

  • Déjale algo con tu aroma: una especie de ancla en el agitado mar de la soledad.
  • Inventa juegos entretenidos para distraerlo de pensamientos tristes. Y, por supuesto, no escatimes en cariño y atención al regresar; es el mejor remedio para la tristeza.

Recuerda: para tu perro, eres el centro del universo, y cuando ese centro desaparece, aunque sea por poco tiempo, su mundo se sumerge en la oscuridad.

Deja una respuesta