7 reglas de oro para la salud mental. Haz tu vida más sencilla.
1. Libérate del Rencor
Sí, tienes todo el derecho de considerar esas acciones como groseras e irritantes, pero ¿realmente vale la pena ofenderse? Esa persona ya lo ha olvidado, y tú seguirás cargando una emoción que te envenena. Piensa, ¿crees que todos deben respetarte y que eres bueno solo si los demás creen que lo eres? Entonces estás atrapado y te ofenderás cada vez que alguien no te valore adecuadamente. Estarás condenado a sentirte ofendido casi siempre, hasta que te encuentres completamente solo.
Lamentablemente, no podemos ser inmunes al mal comportamiento de los demás. Sin embargo, no es necesario reaccionar demasiado. Puedes simplificar tu vida distinguiendo cuándo preocuparte y cuándo no.
El rencor se parece a la ira. La ira es agotadora y desagradable. La diferencia radica en que, si te tomas demasiado en serio, experimentarás ira con más frecuencia de lo necesario.
2. Disfruta de Ti Mismo: El Tiempo es Menor del que Crees
No hay mejor momento que el presente para disfrutar y relajarte. Si nunca has prestado atención a dedicar tiempo para actividades placenteras o nuevas, puedes descubrir que nunca lo harás.
Planifica dedicar tiempo a probar algo nuevo o hacer algo que siempre has querido. Observa qué trae esta experiencia.
Empuja a salirte de tu rutina habitual. O como se dice comúnmente, de la zona de confort, aunque no me gusta esa expresión y creo que no necesitas salir de ella, puedes llevarla contigo.
¿Has notado lo interesante que es estar cerca de personas que tienen una actitud despreocupada hacia sí mismas y la vida en general? Ellos irradian un aura de «disfrutar del momento». Aprovechar al máximo lo que sucede puede mantener tu corazón y alma jóvenes.
3. Sé Aventurero
El mejor remedio para el aburrimiento es el cambio de actividad. Intenta cambiar algunos patrones de comportamiento establecidos, esto ayudará a liberarte del aburrimiento y en general mejorará tu estado de ánimo. Muy a menudo reducimos nuestros días a un «día de la marmota».
Cosas aparentemente simples como tomar un camino nuevo al trabajo o elegir un plato inusual en un café pueden cambiar significativamente tu estado de ánimo para mejor y mantener tu mente flexible. Al caer en la rutina de lo predecible, puedes perderte nuevas y emocionantes experiencias.
Alentar a uno mismo a hacer algo de manera diferente o arriesgarse a aventurarse en territorio desconocido significa luchar contra la necesidad de tener todo bajo control todo el tiempo. La mayoría de las personas prefieren controlar sus vidas hasta cierto punto y sentirse seguras sobre qué esperar de la vida. Sin embargo, en realidad, la vida es impredecible y nuestro sentido de certeza es en gran medida una ilusión.
Reconociendo las limitaciones de tu control sobre los eventos y la imposibilidad de prever todas sus consecuencias, puedes actuar de manera más aventurera y vivir una vida más plena. Aumentando tu tolerancia a la incertidumbre, podrás mejorar tus capacidades de adaptación a esos cambios inesperados que puede traer la vida.
Encuentra nuevos intereses, sumérgete en experiencias desconocidas y adquiere nuevas habilidades. Incluso si estás haciendo cosas simples, probando platos de diferentes cocinas o asistiendo a un curso que te motive, esto ampliará tus horizontes y llenará tu vida de sentido.
4. Exigencias Excesivas hacia ti Mismo y el Mundo
Tomarte a ti mismo demasiado en serio y tener expectativas altas puede hacer que te sientas incómodo en sociedad. Temor a parecer tonto, aburrido, decir algo inapropiado, o al contrario, tratar con todas tus fuerzas de ser inteligente, interesante y divertido.
¿De verdad piensas que la gente dejará de comunicarse contigo si descubren que eres simplemente humano? En ambos casos, no te relajas y no puedes disfrutar del proceso. No te concentres tanto en la impresión que deseas causar.
Si te encuentras en esta trampa, es probable que hayas asumido demasiada responsabilidad para que la comunicación fluya sin problemas.
Eres parte de un grupo social, incluso si solo son dos personas. La otra persona también participa en el flujo fluido de la conversación y comparte la mitad de la responsabilidad de la comunicación.
Para ayudarte a relajarte y ser tú mismo en situaciones sociales, intenta seguir estos consejos:
1. Cambia el enfoque de ti mismo hacia los demás presentes. Escucha la conversación y observa el entorno.
2. Habla de algo espontáneamente. No es necesario ensayar respuestas ingeniosas en tu mente. Asume el riesgo de hacer comentarios durante la conversación.
3. Renuncia a tu comportamiento defensivo. Evita refugiarte en el teléfono o jugar con tu bebida cuando la conversación se calma. Sí, este comportamiento puede distraerte del sentimiento de incomodidad en la interacción, pero también impide que te acostumbres a la interacción social natural.
4. Si tiendes a sobrecompensar tu incomodidad social con demasiada charla, da a los demás la oportunidad de llenar las pausas y los vacíos en la conversación.
No estás obligado a aportar comentarios ingeniosos, creativos o profundos a cada tema de conversación. Inevitablemente, algunos temas te parecerán más interesantes y sabrás más sobre ellos que otros. Es completamente normal a veces admitir que no tienes nada que decir sobre ciertos temas. ¡No pienses que esto significa que eres aburrido e ininteresante!
5. Ríete de Ti Mismo
A veces es posible quitarle dramatismo a tus errores y defectos encontrándolos divertidos. Al aprender a apreciarte a ti mismo como una persona valiosa y al mismo tiempo reconocer tus defectos humanos, no caerás en la trampa de tomarte demasiado en serio, y así te harás invulnerable para los demás.
Piensa en tus conocidos que no pueden reírse de sí mismos, es probable que estas personas se tomen a sí mismas y sus acciones demasiado en serio, lo que se traduce en equilibrios psicológicos. Disfrutarás mucho más de la vida y de las relaciones con las personas si eres capaz de reírte de ti mismo.
6. Acepta que Cometerás Errores
«El éxito no es permanente y el fracaso no es fatal». Al tomarte a ti mismo demasiado en serio, consideras que tus errores son inaceptables. También puedes pensar que otras personas te rechazarán debido a tus fallos. Además, es posible que te juzgues muy severamente cuando te encuentras en situaciones incómodas o tomas decisiones equivocadas.
De vez en cuando, todos hacemos las cosas mal o arruinamos algo. Si intentas ocultar o ignorar tus errores, puedes privarte de la oportunidad de corregirlos. Al reconocer tus errores y aceptarte como alguien que los comete, te das la oportunidad de hacer las cosas de manera diferente la próxima vez.
Intenta recordar que tus errores generalmente son mucho más significativos para ti mismo que para los demás. La mayoría de la gente respeta a alguien que puede admitir y aceptar la responsabilidad por sus errores, malas decisiones, faltas y deslices. Recuerda que en la mayoría de los casos, los errores son un pequeño precio por una experiencia rica.
7. La Marca de la Vergüenza
Tomarte a ti mismo demasiado en serio puede llevar a un trastorno severo. Por ejemplo, si intentas parecer que tienes todo bajo control y estás siempre alerta, estás condenado a ataques de vergüenza.
Sentimientos de culpa, vergüenza, humillación generalmente están asociados con pensamientos de que tus debilidades, errores o fracasos han salido a la luz, y que como resultado, los demás te rechazarán.
Recuerda, la vergüenza no es una emoción básica, como la ira, el enojo o el amor. La vergüenza y la culpa son dos emociones impuestas por la sociedad para hacernos más manejables. Son los principales ganchos de nuestra psique que nos permiten ser manipulados como marionetas.