Familia

10 frases que hieren a tu hijo de por vida

Ser madre o padre realmente no es una tarea fácil. Y muchos padres cometen errores sin darse cuenta. Algunas palabras que los padres dicen a sus hijos pueden tener repercusiones en sus vidas, incluso en su vida adulta.

Las palabras tienen la capacidad de herir. De hecho, el daño que pueden causar a menudo es muy difícil de corregir. Los niños sienten el impacto de las palabras a un nivel mucho más alto que cualquier adulto. Ellos pueden absorber fácilmente las ideas y creencias erróneas de sus padres. Y a veces, comentarios aparentemente comunes, que los padres amorosos dicen con buenas intenciones, también pueden llevar a consecuencias negativas.

Para no lastimar verbalmente a un niño, la prevención es clave. Cuando se trata de palabras hirientes, los padres pueden tomar la iniciativa familiarizándose con los culpables más comunes.

Hoy hemos recopilado10 frases que pueden herir a tu hijo de por vida.

1. «Nadie te preguntó» o «Nadie está interesado en tu opinión»

Al decir tales frases, un adulto le da a entender al niño que su opinión no interesa en absoluto. El niño en ese momento se siente humillado, lo que afecta negativamente su autoestima. La mayoría de los padres no se dan cuenta de que las palabras degradantes pueden perjudicar el desarrollo de sus hijos y tener consecuencias negativas en el futuro. La autoestima del niño disminuye, se vuelve malhumorado y se encierra en su propio mundo de fantasías donde nadie lo insulta o lo agrede. Enseñe a su hijo a expresar emociones, pensamientos y sentimientos. Comience a tomar en serio todo lo que su hijo dice. Ayúdelo a creer en sus habilidades, a no temer al mundo y a expresar sus ideas.

2. «No tienes nada propio»

Estas son palabras muy hirientes, que subrayan una gran dependencia del niño hacia los padres. Pueden agravar los conflictos entre padres e hijos. Los padres no pueden enseñar a un niño a respetar el dinero de una manera tan humillante. Además, el niño lo percibe de manera diferente.

Cuando compras algo para tu hijo, debes ser consciente de que ahora le pertenece a él. No es tu propiedad solo porque la compraste.

3. «No te debemos nada»

Cada padre le debe a su hijo amor, cuidado y atención. Después del nacimiento de un niño, los padres automáticamente adquieren la responsabilidad de criarlo. Los padres deben criar a sus hijos con respeto y amor. Si no puedes o no quieres mantener a tu hijo, brindarle amor, cuidado y atención, ¿tal vez no deberías tener hijos?

4. «No, porque no»

En un intento por terminar una discusión con el niño, los padres a menudo hacen afirmaciones breves y categóricas: «¡He dicho que no! Suficiente discusión. ¡Tema cerrado!» Sin embargo, esta declaración es bastante peligrosa para la psicología del niño, ya que niega su autonomía y crea la impresión de que sus sentimientos no tienen importancia para los padres. Recuerde que los niños tienen derecho a hacer preguntas para aprender cosas nuevas y comprender las situaciones. Por lo tanto, si no explicas las razones de tus decisiones, le estás negando al niño la oportunidad de adquirir experiencia de vida.

Explique su comportamiento al niño. En ningún caso debe comunicarse con él utilizando frases categóricas.

5. «Cuando papá vuelva a casa…»

A menudo, en las familias, el padre es la instancia suprema que impone castigos. Esta es una imagen creada por la madre, quien no puede controlar a su hijo.

Según los psicólogos, las amenazas de los padres no fomentan la disciplina. Además, esta frase es un aplazamiento del castigo. Esperar a que el padre regrese para imponer un castigo no es la mejor opción, ya que debilita la autoridad de la madre. Para entonces, el niño podría haber olvidado lo que hizo mal. Además, el aplazamiento del castigo prolonga el sentimiento de miedo y empeora la relación del niño con los padres, especialmente con el padre.

Si quieres que tu hijo crezca como una persona segura de sí misma y tenga una buena relación con su padre, ¡nunca digas eso! Este comportamiento puede tener un impacto negativo en el desarrollo de los niños y tener consecuencias a largo plazo.

6. «¿Por qué ella puede y tú no…?», «Aprende de tu hermano» etc.


Si quiere humillar a su hijo, dígale que alguien es mejor que él. Imagínese cómo se siente el niño cuando entiende que sus padres están decepcionados con él. Cree que los padres consideran que alguien es más inteligente, educado e importante. Un niño que escucha diariamente tales palabras ofensivas desarrollará muchos complejos y baja autoestima.

Cada niño es único, con sus propias características intrínsecas. Pero al comparar a su hijo con sus hermanos o con otros niños a su alrededor, prácticamente les está pidiendo que sean diferentes, ejerciendo presión psicológica sobre ellos.

Acepte al niño tal como es, valore su originalidad e individualidad. Explíquele qué comportamiento es correcto y cuál no lo es. Así el niño aprenderá a tomar sus propias decisiones. Anímelos a establecer sus propias metas o intereses, en lugar de imitar las ideas de otros.

7. «Deja de llorar por tonterías», «No llores»

Los niños tienen necesidades emocionales similares, si no mayores, que los adultos. La diferencia es que no pueden controlarse o calmarse como lo hacen los adultos. Nunca minimice el miedo, un rasguño, una duda o un conflicto que ocurra con su hijo. Ayúdelos a reaccionar y a superar esto de una manera saludable. Permítales llorar y liberar emociones negativas, en lugar de mantenerlas dentro. Ya hace tiempo que los científicos concluyeron que las emociones no expresadas conducen a enfermedades graves y problemas serios.

8. «Es mejor no tener hijos que tener hijos como tú…»

«Hubiera sido mejor que nunca hubieras nacido»,«¡Ni siquiera querría tener hijos!» etc. Estas palabras afectan profundamente al niño. Estas frases hacen que el niño se sienta innecesario, abandonado, decepcionado. Lo peor de todo es que estas palabras pueden arruinar completamente tu relación con el niño.

A veces los niños no entienden que los padres también tienen sentimientos negativos y que estas terribles frases no significan que realmente lo piensen. Por lo tanto, los padres deben controlar sus sentimientos y controlar sus expresiones, porque las palabras dichas con ira no se pueden retractar y el daño causado permanecerá para siempre.

La mejor manera de controlar tus emociones es contar hasta 20. Debes esperar un poco hasta que las emociones negativas pasen y solo entonces hablar con el niño. Sin embargo, si ya se han dicho palabras hirientes, discúlpate con el niño y explícale que realmente no quisiste decir eso.

9. «Podrías haberlo hecho mejor»

A menudo los padres dicen: «Sé que puedes lograr más» o «Debes esforzarte más», porque creen que el niño puede lograr más. Sin embargo, el niño puede pensar que sus padres están descontentos con él, que no valoran sus esfuerzos. Además, estas palabras no explican completamente lo que quieren los padres de él. Por lo tanto, la frase «Podrías haberlo hecho mejor» puede herir e incluso llevar a un resultado contrario.

Explícale al niño lo que realmente quieres decir con «mejor», explícale qué esperas de él. Demuestra que valoras sus esfuerzos si realmente está tratando de hacer su trabajo lo mejor posible. Identifica lo que puede mejorar y ayúdalo a lograrlo.

10. Insultos

A veces los padres, bajo una fuerte presión de emociones negativas, llaman a su hijo tonto, perdedor o, peor aún, con otras palabras insultantes. Esto humilla profundamente al niño y lo obliga a distanciarse de los padres.

Los niños creen lo que les dicen sus padres. Son su fuente más confiable de información y también su principal fuente de amor. No socaves la autoestima de tus hijos con adjetivos negativos. Concéntrate en sus puntos fuertes en lugar de resaltar los negativos.

Cuando el niño escucha de los padres que es vago o malo, lo percibe como cualidades innatas, comienza a creer en ellos, se vuelve inseguro con un sentimiento de inferioridad. Finalmente, estas palabras pueden influir en su comportamiento, pueden afectar al niño tanto que nunca las olvidará. Así que mejor tener cuidado con tus palabras que arrepentirse después.

En lugar de etiquetar y llamar al niño con palabras negativas, dile específicamente qué está haciendo mal. Ayúdalo a mejorar su comportamiento.

Ser padre no es fácil. Los padres deben aprender a controlar sus arrebatos emocionales si no quieren herir a sus hijos. Si sientes que estás perdiendo el control de tus emociones, debes detener la discusión por completo y posponerla para más tarde. Esto te ayudará a evitar frases de las que luego te arrepentirás.

¡Sé feliz! Paciencia y comprensión mutua para ti.

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